La quiropráctica es una disciplina de salud que se especializa en analizar, detectar y corregir un problema específico en la columna vertebral conocido como “subluxación vertebral”. Una subluxación ocurre cuando una vértebra se desalinea y presiona un nervio, generando interferencias en la comunicación entre el cerebro y el cuerpo. Esto afecta el flujo de información que va del cerebro hacia todos los sistemas del cuerpo y viceversa, pudiendo provocar problemas de salud a corto, mediano y largo plazo.

A nivel global, la quiropráctica es la tercera profesión sanitaria regulada, reconocida e integrada en el sistema de salud europeo. La formación quiropráctica requiere de una carrera universitaria de 6 a 7 años (con 5,500 horas lectivas) en más de 40 universidades alrededor del mundo, por lo que no debe confundirse con otras prácticas.

La quiropráctica también se basa en una filosofía que reconoce que el ser humano es más que un cuerpo físico; existe una “inteligencia innata” que da vida y mantiene en funcionamiento los tejidos del cuerpo. El sistema nervioso es el vínculo clave entre esa esencia inmaterial y el cuerpo físico.

Aunque muchas personas comienzan el cuidado quiropráctico para aliviar el dolor de espalda, su alcance va mucho más allá. El propósito de la quiropráctica es asegurar que la “red de comunicación” establecida en la columna vertebral, llamada sistema nervioso, sea capaz de enviar y recibir toda la información entre el cerebro y el cuerpo. Esto es fundamental, ya que el sistema nervioso controla y regula las funciones de todo nuestro organismo.

Es la herramienta utilizada por el quiropráctico para ayudar al cuerpo a corregir una subluxación vertebral restableciendo el flujo de impulsos mentales.

El embarazo es una etapa en la que el cuerpo de la mujer demuestra su increíble capacidad de adaptación. Los cambios fisiológicos que acompañan este proceso son asombrosos; la inteligencia innata del organismo crea un ambiente óptimo para el desarrollo del bebé. Estos cambios incluyen una alteración en el centro de gravedad, ya que el cuerpo debe ajustarse al nuevo estado para mantenerse equilibrado.

El organismo de la madre trabaja en beneficio de ambos: ella y su bebé. Por eso, es fundamental que el sistema nervioso funcione al 100% y esté libre de interferencias.

El cuidado quiropráctico corrige las subluxaciones vertebrales que afectan los nervios, lo cual tiene un impacto directo en el útero, asegurando que el bebé reciba todo lo que necesita de su madre durante este tiempo. Los quiroprácticos utilizan técnicas de ajuste específicas que ofrecen mayor comodidad y seguridad para la madre y el feto. Acompañar el embarazo con cuidado quiropráctico contribuye a partos más seguros, naturales y sencillos, brindando a la madre una mayor satisfacción, conciencia y presencia durante esta etapa única, y reduciendo el estrés para el bebé.

La columna vertebral es como un árbol que protege la savia, la energía vital del organismo. Es resistente y flexible, lo cual permite que el sistema nervioso transforme los desafíos físicos (como caídas, deportes, juegos y posturas), químicos (como una alimentación inadecuada, medicamentos, vacunas) y emocionales (relacionados con la familia, amigos y escuela) en experiencias positivas para el ser.

Las subluxaciones son como caries: silenciosas y sutiles en su aparición. El cuidado quiropráctico en los niños es fundamental, ya que los quiroprácticos pueden detectar estas alteraciones en el organismo. Mediante una fuerza precisa, ayudan al cuerpo a corregir las subluxaciones y a liberar la energía retenida.

Mientras más joven se inicia el cuidado quiropráctico, mayores son sus beneficios.

El cuidado quiropráctico tiene como objetivo ayudar a disfrutar plenamente esta etapa de la vida, respetando el proceso natural de envejecimiento y considerando la realidad personal de cada individuo. Cada ajuste es específico y se adapta a las necesidades de cada persona.

Este tipo de cuidado ofrece múltiples beneficios, como una actitud más positiva, un mejor descanso, mayor equilibrio y coordinación, factores que contribuyen a mantenerse activo. Recordemos que el quiropráctico libera bloqueos neurológicos que interfieren en la comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo. Independientemente del diagnóstico médico del paciente, cualquier persona puede beneficiarse del cuidado quiropráctico.